Críticas de Verdigrís (6) - Michele Mari - Babelio (2024)

Empezando por la primera impresión, la edición de Muñeca Infinita es preciosa. Se nota que cuidan hasta el más mínimo detalle y va más allá de esa primera impresión porque hay un aspecto en esta obra que me parece un enorme acierto y es la traducción, intentando ser fidedigna al estilo del autor.

El protagonista es el joven Michelino que regresa como cada verano a casa de sus abuelos, desde hace años trabaja para ellos un ya mayor Felice, que realiza el mantenimiento del lugar. La cuestión es que la relación entre ambos se va uniendo y Michelino está convencido de que puede ayudarle a conservar sus recuerdos.

Una historia entrañable de esas que te deja con una sonrisa a cada paso de página, porque sin ser secretos estridentes poco a poco se afianzando esa relación de confianza, el cariño, la ternura que transmite se plasma hasta en el mínimo detalle. El trasladar algunas palabras que usa Felice en su dialecto aumentan el apego y la sensación de estar viviendo algo muy real.

Es de esos libros en los que el interés crece, pero nunca baja el ritmo, siempre te quedas con ganas y la sensación de querer descubrir algo nuevo. Un acierto y ya son unos cuantos de Muñeca Infinita y #masacritica de Babelio.

Nota: 4 sobre 5

Premisa:
Michelino veranea todos los veranos en la casa de campo de sus abuelos. Allí trabaja Felice desde siempre encargándose del jardín y de otros menesteres. Pero últimamente está perdiendo la memoria. El cariño que le tiene lleva a nuestro joven protagonista a ayudarle a recuperar sus recuerdos o a conservar todos los posibles.

Opinión:
Qué grato es cuando un libro nos sorprende, cuando no te esperas nada y te lo da todo. Es un plus añadido a la sensación que te deja la lectura, que provoca que el libro perdure en tu memoria un poquito más, que no se desprenda tan fácilmente de tu colección de recuerdos, de nuestra estantería cerebral.

De primeras, el hecho de que la trama se centrase en la relación que se establece entre un señor mayor y un adolescente me llamaba muchísimo la atención. No puedo evitar que este tipo de amistades me generen mucha ternura, siempre que estén bien construidas. Y no me ha decepcionado en absoluto. Además, el personaje de Felice es, en sí mismo, totalmente entrañable. La forma que tiene de hablar, en una especie de dialecto, aporta la mezcla perfecta entre ternura y humor.

Y esto me hace enlazar con la necesidad de recalcar y enmarcar la labor que ha tenido Carlos Gumpert como traductor. ¡Qué maravilla! En esta novela no lo tenía fácil y yo como lectora, desde luego, no puedo ponerle un solo pero (qué importante a la par que poco reconocida la labor de los traductores).

Pero no solo por estos detalles es especial este título, sino por la contextualización histórica que lo enmarca y la labor que ha tenido el autor de estructuración de la trama. Ha conseguido construir un pequeño puzle en el que poco a poco se va descubriendo la verdad, y en el que acompañas a Michelino a investigar y descubrir el pasado de su carismático amigo. Quizá no sea la razón por la que te enganchas al libro pero desde luego es una de las razones por las que te quedas con él.

No voy a poder hacer otra cosa que recomendarlo. Tiene la longitud justa, está maravillosamente editado, tiene personajes que pasarán a formar parte de tu haber literario… ¿Necesitáis más razones para tener ganas de descubrirlo y ver si estáis de acuerdo conmigo?

Una casa en un pueblo de Italia,un curioso niño de 13 años ,Michelino y un anciano y desmemoriado empleado ,Felice,son los protagonistas.

Michelino pasa el verano con sus abuelos y creará una entrañable e inquietante amistad con Felice,el "monstruo".

El niño intenta ayudarle con paciencia a no olvidar ...y sin querer ,se verán envueltos en el recuerdo de un pasado muy enterrado.

Este equipo creara muchas hipótesis y atrapara al lector ,en tramas reales e irreales .

Encontramos parte de historia,de lo que pudo ser la guerra,alemanes ,franceses y rusos .

Aparecen cadáveres,unas botellas en la bodega ...llenas de ...sangre y tendremos que seguir la pista al Gran Conejo ...ni Lewis Carroll hubiese unido la ficción con la realidad de esta forma tan turbadora .

Muchos son los misterios que resolver entre estas páginas.

El italiano ,Michele Mari ,nos "engaña",comienza con una historia costumbrista ,continúa con misterio , historia y un final ...propio de la literatura del terror .

Un giro final inesperado,que da sentido a todo.

Mi libro del verano ,me ha dejado totalmente fascinada.

«Ser amado por un monstruo era la mejor de las protecciones contra el terrible mundo»

Michelino pasa el verano en casa de sus abuelos. Como único amigo cuenta con Felice, el sirviente de la casa de aspecto monstruoso desde antes de que su abuelo adquiriese la propiedad. Felice comienza a tener pérdidas de memoria y Michelino idea un inventario nemotécnico para ayudarlo. Lo que comienza siendo un paseo por las asociaciones más sencillas entre objetos y significados deviene en el viaje a través de los recuerdos. Juntos tantearán los vacíos de la memoria, que se muestran tan siniestros que parecen desafiar a la realidad.

Me encontraba entre lecturas crudas y, de repente, me vi sumergida en 𝘝𝘦𝘳𝘥𝘪𝘨𝘳í𝘴. Ha sido como encontrar un claro en medio del bosque. No porque esta novela esté exenta de drama, sino porque el tono utilizado por Michele Mari es desenfadado y lleno de ironía. Desde el punto de vista del Michelino de trece años (aunque narrado en la edad adulta), el texto se llena de los descubrimientos propios de la adolescencia, la novedad, el asombro y, sobre todo, el disfrute de conferir a la gris realidad la dosis exacta de fantasía que siempre lo mejora todo. Porque acompañaremos a Michelino en una exploración que mezcla los más extraños ingredientes. Desde babosas descomunales, que proliferan por todos los rincones, con su rastro viscoso como recuerdo infalible, a franceses hostiles, un padre misterioso o una familia de exiliados rusos. ¿Qué pueden tener en común?

En 𝘝𝘦𝘳𝘥𝘪𝘨𝘳í𝘴 hay humor y ternura. Los diálogos entre Felice y Michelino son absolutamente deliciosos. Estamos atentos a sus conversaciones, llenas de desparpajo, entre un niño que quiere saberlo todo y un monstruo tozudo que cada vez recuerda menos. El dialecto de Felice está plagado de vulgarismos, palabras malsonantes y una espontaneidad que nos arranca la sonrisa. Michelino, por su parte, se ve empujado por sus referentes literarios para crear las más disparatadas teorías sobre Felice, su pasado, la casa... ¿Habrá algo de cierto en todo lo que cuenta? ¿Qué secretos se encierran tras los muros de la vieja construcción?

Me ha resultado reconfortante la ternura que rezuma esta novela. La protección con la que Felice trata a Michelino y cómo, a su vez y a su manera, el adolescente cuida de su monstruo. Me ha conmovido cómo en ocasiones Felice se dirige a Michelino. Basta con que diga su nombre, con un tono solemne, y se crea un silencio y una expectación y la sensación de que algo va a suceder.

Una vez más, esta novela publicada por @munecainfinitaeditorial ha sido todo un acierto de lectura. Una novela extraña, original, fascinante. Me ha encantado.
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Hay cuatros cosas que no tienen límite: El universo, la estupidez humana, la belleza de Tamara y la imaginación de los niños.

Sí, porque cuando pequeños vivimos dentro de un mundo que es absolutamente nuestro. Ves una babosa en una lechuga y raudo y veloz acudes a buscar tu escudo (que puede ser un trozo de cartón de una caja de leche) y tu espada (un cortaúñas) para combatir el terrible dragón roji*zo de baba iridiscente que tienes delante. O ves a tu padre sulfatando los olivos y piensas en una lluvia alienígena que ha convertido a tu progenitor en un ser verdeazulado vestido con el mono marrón más feo y hortera de la galaxia y que le chorrea sangre fresca de su ultima víctima por la comisura de la boca… y resulta que su última víctima en realidad ha sido una tajada de sandía que pesaba ocho kilos. (Sí amigos, en marzo/abril que es cuando se sulfatan los olivos en casa de mi padre hay sandía porque si tiene que ver con el huerto él lo imposible lo consigue. Hasta un injerto pistacho-mandarino, pero ese es otro tema). La cuestión es que ese universo que creamos de niños a menudo es habitado por personajes que convertimos en nuestros héroes y monstruos favoritos. Por ejemplo, cuando yo era pequeño estaba muy extendido el mito de Pura. Pura era un ser con más forma de mujer que de hombre que salía corriendo con un palo detrás de cualquiera que dijera a su lado en voz alta cualquier frase que demostrara tu simpatía por el Real Madrid o tu antipatía por Camela. Poco tiempo después me di cuenta de que no era un mito… pero hasta esto es bonito en el universo de un niño, descubrir que a veces esa ficción que construimos está más cerca de la realidad de lo que parece.

En Verdigrís, esta fantástica novela de Michele Mari publicada por Muñeca Infinita, nuestro protagonista Michelino también tiene su propio monstruo favorito, que no es más que Felice, el señor que cuida el huerto y los animales del abuelo y que se pasa el día matando babosas. de Felice sabemos dos cosas: que tiene un dialecto un tanto singular y que el pobre está perdiendo la memoria. Por eso Michelino se inventa un juego para ayudar a Felice a recordar las cosas más simples del día a día.

El caso es que a medida que el misterioso Felice nos empieza a hablar de lo poco que recuerda de su pasado empieza a intrigarnos (a nosotros y a Michelino) la historia de este particular personaje que lleva más tiempo en la casa del que todos nos imaginamos.

Pero esta novela esconde mucho, muchísimo más. Y sin darnos cuenta nos veremos arrollados por una historia que tendremos que armar como un puzzle para poner todas la piezas en su sitio. Así que sírvete un buen café porque la noche será larga y lo último que querrás será tomarte un vasito de leche e irte a dormir. No, antes tendrás que terminar la historia. Luego nos cuentas.

PD: Michele Mari tienes un color especial (Verdigrís) Todas las estrellas de la Vía Láctea para él

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Todavía recuerdo el día que Juanjo viendo los boletines de novedades de la próxima semana me llamó y me dijo: "Tamara, échale un vistazo a esta sinopsis que este libro tenemos que leerlo". Desde entonces se quedó en mi cabeza y cuando vi que estaba en la masa crítica que organiza Babelio no dude en pedirlo.

Verdigrís es una novela de Michele Mari publicada por Muñeca Infinita en la que nuestro protagonista Michelino comienza una relación de amistad muy especial con Felice, el señor que cuida del huerto y los animales del abuelo y que se pasa el día matando babosas. Felice está perdiendo la memoria y por eso Michelino se inventa un juego para ayudarlo a recordar las cosas más importantes. A medida que el misterioso Felice nos empieza a hablar de lo poco que recuerda de su pasado empezamos a descubrir la historia de este particular personaje que lleva más tiempo en la casa del que todos nos imaginamos.
La historia nos atrapó de tal forma que Juanjo y yo lo devoramos en un día de playa y el final nos dejó con la cara descuadrada intentando poner en pie lo que acabábamos de leer. Así que sírvete un buen café porque la noche será larga y lo último que querrás será tomarte un vasito de leche e irte a dormir.